¿Quién soy yo?
Maria Rosaura, la vidente involuntariaTiene usted que escuchar ciertos mensajes
Aunque usted no lo sepa, mi infancia fue bastante diferente a la de la mayoría. Nací en una familia de nómadas romaníes y los caminos se convirtieron en mi espacio de juegos. Cuando viajaba, levantaba la vista al cielo y me sentía bien. Y así me crié, en medio de los vibrantes colores de las carretas y de las tradiciones místicas de mi pueblo.
Ante la fuerza y la belleza de la cultura y las creencias que me rodeaban, sentía que mi curiosidad crecía irremediablemente. He perdido la cuenta de las horas que pasé delante de las hogueras que hacíamos, escuchando las historias que mi abuela contaba bajo el cielo estrellado. Así fue cómo viví mis primeros contactos con el mundo místico.
Sin sospechar aún todo lo que me aguardaba, decidí proseguir mis estudios. Llegué a desempeñar diversos trabajos, que no me hacían feliz, ya que me sentía perdida, en un mundo moderno que me atemorizaba.
Era muy consciente de que, simplemente, estaba intentando alejarme de mi verdadero destino, el que estaba ligado al don de mi abuela.
Todo cambió un día, mientras caminaba por una concurrida calle de México. Al pasar por delante de una extraña tienda repleta de objetos esotéricos, algo me impulsó a entrar. Una vez en el interior, fue como si una fuerza oculta atrajese mi atención hacia un viejo juego de cartas de Tarot. Al mirarlo, sentí una inexplicable conexión. Sin pensarlo dos veces, decidí comprarlo. A veces, las mejores decisiones que tomamos en la vida, son las que nos dicta el instinto. Aunque, en aquel momento, yo no imaginaba que aquel gesto, aparentemente anodino, cambiaría para siempre el curso de mi vida.
Así pues, me puse a estudiar secretamente aquellas cartas, intentando resistir su atracción. Pero, mientras más iba descubriendo sus misterios, más fuerte se iba volviendo mi poder de intuición, llegando incluso a predecir con gran precisión, acontecimientos de mi propia vida y de la de personas de mi entorno.
Desde entonces, mi reputación no ha dejado de crecer.
Personas de todos los rincones del mundo acuden a mí, en busca de mis consejos y predicciones. Al principio, me sentía un poco desbordada ante esta nueva faceta mía. Aunque, a medida que iba viendo la influencia que mis lecturas tenía en la vida de mis clientes, supe que estaba haciendo el bien a mi alrededor.
Así pues, terminé por aceptar que aquel era mi legado y mi verdadero destino.
Me percaté de que mi don, no solo permitía predecir el futuro, sino también ayudar a la gente a encontrar su camino. Gracias a mis visiones, podían conectarse a una verdad invisible que les permitiría tomar decisiones capaces de mejorar sus vidas en solo unos días.
Ahora, veo claramente que, en nuestro mundo moderno, hay una gran carencia de dirección espiritual. Veo perfectamente que, a veces, la realidad es dura y cruel. He visto que muchas personas necesitan consuelo y consejos que alivien su sufrimiento. Por eso, yo me remito a mis raíces, al papel que me ha sido encomendado, y me esfuerzo al máximo para que la gente descubra su verdadero camino a través de mis tiradas de Tarot.
¿Mi objetivo? Lograr que el mayor número de personas alcance la felicidad, y ver sonrisas radiantes en el rostro de aquellos que recurren a mis servicios.